San Cucufato es uno de los santos con mayor tradición del cristianismo, en España. Tras una vida dedicada a la oración y sufrir numerosos baches en su camino, San Cucufato terminó martirizado. Su sufrimiento en vida le valió el agradecimiento eterno de Dios y, por ese mismo motivo, se le permite interceder en asuntos relacionados con los seres humanos que poblamos la Tierra.
Hay numerosas historias y leyendas acerca de San Cucufato, así como también existen muchos testimonios probados de su actuación en el mundo de los vivos. En estas líneas, os vamos a mostrar cómo ganaros el favor de alguien de su importancia, aunque, en primer lugar, vamos a mostraros brevemente los hechos más destacados de su vida para, poder comprender cómo ha alcanzado el favor divino.
Historia de San Cucufato
San Cucufato nació en el año 270, en la provincia romana de Cartago, y muy pronto se dedicó a propagar el cristianismo en los territorios de la Península Ibérica. Sin embargo, su comportamiento no gustaba a las restrictivas autoridades romanas, que, del mismo modo que habían hecho con Jesucristo y muchos otros mártires, condenaron al santo a muerte.
Los romanos le abrieron el vientre y le sacaron las tripas, pero él se las metió nuevamente en su abdomen. Después, intentaron quemarlo y un soplo divino apagó las llamas. Cansados, los romanos lo metieron en una mazmorra, pero los carceleros terminaron por convertirse al cristianismo.
Cucufato quería ascender al cielo como mártir. Por eso, Dios permitió, finalmente, que lo degollasen.
Rituales y oraciones a San Cucufato
Existe una tradición más o menos extendida, que aquí no vamos a reproducir (por su vulgaridad), acerca de cómo pedir los favores de Cucufato. Lo que sí que tenemos que reconocer es que es cierto que al santo sí se le puede rezar, para que nos ayude a encontrar objetos o cosas que hemos perdido. Lo que pasa es que esa no es la oración pertinente.
Hay, esencialmente, dos oraciones principales, si queremos que el mártir interceda por nosotros y nos ayude a encontrar las cosas:
Querido San Cucufato,
que has muerto por tu fe.
Encuéntrame lo perdido
Ayuda a tu buen amigo
como te ayudó el café.
Esta oración tiene un origen atípico, ya que sabemos que los europeos no empezamos a consumir café hasta mucho después de la muerte del mártir. La historia se remonta a un pequeño pueblo del pirineo catalán, Montgarri. A finales del siglo XVIII, un sacerdote y tres feligreses se quedaron encerrados en el santuario de Montgarri, tras una fuerte nevada.
Los cuatro fieles pasaron dos días congelándose en el templo. Sin embargo, cuando todo parecía perdido, el tiempo les dio un respiro y hallaron el modo de salir, según se cuenta, guiados por San Cucufato. El sacerdote escuchaba una voz en su interior que le indicaba qué camino tomar, para no morir sepultados, y su oración se fue convirtiendo en la respuesta.
Lo primero que hicieron el sacerdote y los feligreses, al llegar a sus hogares, fue tomar un café muy caliente y ofrecérselo al santo, en señal de agradecimiento por su ayuda, que les permitió librarse de la muerte. Desde aquel entonces, se le pide al santo por los objetos perdidos, ya que, si fue capaz de ayudar a aquellas personas a encontrar algo tan complicado como la salvación de la muerte, también nos puede ayudar a solucionar problemas más sencillos.
Según esta tradición, hemos de ofrecer un buen café al santo, tras recuperar nuestro objeto perdido.
La segunda de las oraciones para rezar a San Cucufato es la siguiente:
Santo de los santos,
Santo del dolor.
San Cucufato
Ayúdame por favor.
En esta ocasión, la oración es bastante sencilla y sin ninguna tradición detrás, más allá de la introducción de la rima para ayudar a la transmisión oral del pedido.
Estas dos oraciones están consideradas como las más efectivas para reclamar la ayuda de nuestro apreciado santo.
Consulta profesional
Los rezos a los santos pueden ayudarnos a encontrar una solución a nuestros problemas, pero, si queremos asegurarnos de cómo actuar, para conseguir lo que queremos, tenemos que consultar con aquellos capaces de ver más allá.
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