En filosofía hay muchas corrientes que han ido surgiendo y evolucionando a lo largo de los siglos como el positivismo, algunas adaptándose a diferentes realidades, otras descartándose y dejándose como parte de la historia, y otras surgiendo con las nuevas formas de pensar. En este caso, hablamos del positivismo o la filosofía positiva, que surgió a finales del siglo XIX con los pensadores John Stuart Mill, Auguste Comte y Henri de Saint-Simon.
Esta corriente filosófica acepta como única forma de conocimiento el científico y rechaza la metafísica. A continuación, te hablamos más en profundidad del positivismo, para que entiendas mejor sus nociones básicas y sus características. Si te interesa, te recomendamos seguir leyendo: ¡te encantará el contenido!
¿Qué es el positivismo en filosofía?
El positivismo es una de las corrientes filosóficas idealistas que más se extendió entre la burguesía contemporánea, dando lugar a muchas escuelas y permitiendo que gran parte de autores se unieran a estas ideas y escribieran sobre ellas.
Es una corriente filosófica que inició el francés Auguste Comte en la primera mitad del siglo XIX y que se extendió por toda Europa en pocos años. Según el positivismo, solo es verdadero conocimiento aquel que se identifica como conocimiento positivo o científico, que está basado en hechos «afirmativos», demostrables. Comte también inició la sociología, teoría con la que relaciona la historia humana presentada en tres partes:
- Fase teológica: también llamada mágica, es la fase que tiene que ver con la «infancia de la humanidad», donde las personas explican los fenómenos naturales con teorías basadas en la magia o los dioses.
- Fase filosófica: también es la fase metafísica, en la que el hombre deja atrás la «magia» para explicar los sucesos con ideas y explicaciones racionales. En esta etapa, según Comte, la persona deja de creer en dioses y explicaciones fantásticas para poner el foco en los términos metafísicos.
- Fase científica: se la conoce, asimismo, como positiva y es de aquí de donde nace la idea de positivismo. En dicha etapa la persona se dedica a estudiar las leyes de los fenómenos y deja de centrarse en las ideas absolutas. Es decir, el conocimiento no se basa en pensar y tener ideas, sino en observar y en experimentar, para tener demostración matemática y científica de aquello en lo que se cree.
¿Qué características tienen estas corrientes?
Algunas de las corrientes positivistas más comunes son el neopositivismo, el positivismo analítico, el positivismo sociológico, el positivismo realista, el metodológico o conceptual, el positivismo ideológico y el empiriocriticismo, entre otros enfoques.
Como características que diferencian estas corrientes podemos destacar la defensa de un monismo metodológico, el objetivo de explicar de forma causal los fenómenos que ocurren utilizando leyes universales y generales.
El positivismo, asimismo, afirma que «la explicación científica ha de tener la misma forma en cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia» y considera la razón como medio e instrumento. Esta corriente filosófica, en relación con lo que estamos comentando, utiliza el razonamiento inductivo, lo que quiere decir que se basa en teorías que se han percibido de forma objetiva anteriormente. De la misma forma, el positivismo da especial importancia a las pruebas documentales y no tanta a la interpretación general.
Reacción: el antipositivismo
Como suele ocurrir en el ámbito de la filosofía, cuando una corriente surge también aparecen estudiosos que rechazan esa teoría y «crean» otra como reacción. En este caso surgió el antipositivismo, también conocido como negativismo, sociología interpretativa, no positivismo o interpretativismo. Esta corriente está basada en el hecho de que, en las ciencias sociales, los estudiosos deben rechazar el método científico y el empirismo para llevar a cabo sus investigaciones.
En el antipositivismo se critica la poca utilidad del método científico para aplicarlo a las ciencias sociales. Asimismo, se comenta que el positivismo deja de lado algunas de las propiedades de las ciencias sociales, como la creación de significado o la intencionalidad, y se buscan únicamente leyes generales y universales, ignorando aquellos objetos que no pueden generalizarse. Si lo comparamos con la actualidad, podríamos decir que el antipositivismo se acerca a los métodos de investigación cualitativos.
En definitiva, el positivismo es una corriente filosófica que surgió a inicios del siglo XIX y se extendió rápidamente por Europa. El avance de estas ideas dio lugar a muchos tipos de positivismo y se crearon también gran número de escuelas positivistas, así como autores que se interesaron por esta corriente y la estudiaron y aplicaron. Te recordamos que esta corriente idealista basa sus teorías solamente en los hechos afirmativos, positivos, no en «deducciones abstractas» que no pueden demostrarse. Esperamos que este artículo haya resultado de tu interés y te haya permitido conocer más profundamente el positivismo. ¿Qué te ha parecido?
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