La Cruz de Caravaca

La Cruz de Caravaca es una de las reliquias más importantes del universo cristiano, pues, según la tradición, conserva tres pedazos de cruz donde Jesús fue crucificado (Vera Cruz) y cuenta con poderes sobrenaturales que han provocado diversos milagros que la Iglesia Católica ha certificado como ciertos.

Breve historia

En el siglo III, bajo el dominio del emperador Constantino, la emperatriz Santa Elena visitó Jerusalem y encontró las tres cruces donde Jesús y los dos ladrones fueron crucificados. La cruz del nazareno fue dividida en pedazos y a lo largo de la historia pasó a formar parte de diversas reliquias, entre ellas la propia Cruz de Caravaca.

Siglos después, en tiempos de las Cruzadas, tras ser recuperada la ciudad a los musulmanes en el año 1099, el primer patriarca de Jerusalem, Roberto, aparece en la historia como el primer poseedor de esta cruz bizantina. Años después, en el año 1229, envueltos en la Segunda Cruzada, el sucesor del patriarca Roberto aún conservaba la reliquia.

Fue entonces, según la tradición, cuando uno o dos años después, en 1230 o 1232, en el reino almohade de Valencia y Murcia, el rey Ceyt-Abu-Ceyt, interesado por los oficios cristianos, reclamó la presencia de algunos prisioneros cristianos para que le mostraran cómo se desarrollaba una misa católica. Cuando uno de los clérigos, Ginés Pérez Chirinos, manifestó que no contaban con un crucifijo para comenzar con la liturgia, de súbito, dos ángeles aparecieron ante aquellos portando la cruz que conservara el patriarca de Jerusalem.

Asombrados por el hecho, tanto el rey de la taifa de Murcia como sus súbditos se bautizaron y allí comenzó la leyenda de la Cruz de Caravaca y sus milagros.

Finalmente, cuando Murcia fue recuperada por los cristianos, la Orden del Temple se encargó de custodiar el convento y posteriormente Basílica de Caracava donde se encuentra la reliquia.

Forma y simbología de la cruz

La Cruz de Caravaca, a diferencia de los crucifijos occidentales, cuenta con cuatro brazos, algo propio de los símbolos cristianos orientales. Los dos superiores representan a la cruz clásica, mientras que los dos inferiores aluden a la dimensión material de la vida. El brazo vertical, por el contrario, simboliza el sentido espiritual sobre el que reposa el cuerpo de Jesús crucificado. Todo, para destacar la búsqueda del equilibrio en la vida entre lo tangible y lo intangible.

Además, a sus pies, se encuentran los arcángeles San Miguel y San Gabriel sosteniendo la cruz y que simbolizan protección. Más abajo, hay una calavera que nos recuerda el Monte del Calvario. El cuerpo completo de la cruz es una alegoría perfecta de los pilares del cristianismo.

Aun así, no todas las cruces de Caravaca incluyen todos estos símbolos, aunque si es común a todas sus cuatro brazos.

Sus poderes esotéricos

A la Cruz de Caravaca se le atribuyen diversos poderes entre los que se encuentran el de proteger a quien la porta y traer buenos augurios, por lo que se ha convertido en uno de los amuletos más importantes para las personas creyentes.

Entre sus utilidades para cristianos y también paganos, está la de ahuyentar a los demonios o energías negativas, ya sea llevándola colgada del pecho, ubicada en algún lugar visible de la casa o incluso utilizándola en exorcismos.

También, la Cruz de Caravaca protege de enfermedades y purifica el entorno en donde uno se encuentra manteniendo a quien la porta conectado con la espiritualidad positiva que emite y que la define.

Utilización de la Cruz de Caravaca en la videncia

Para el vidente, esta cruz es una de las mancias más poderosas, y sirve para numerosos rituales de sanación mental y corporal. Si te encuentras en una situación de depresión, ansiedad o sientes miedo al enfrentarte con el día a día, nuestros videntes pueden ayudarte a realizar estos rituales. En ocasiones, la sanación se logra al portar la cruz y realizar una serie de oraciones que el vidente te indicará. En otros casos, la protección deviene de sumergir la cruz en agua bendita.

Ya seas una persona religiosa o pagana, la Cruz de Caravaca ha trascendido al cristianismo y se ha convertido en una de las herramientas de sanación más importantes dentro de la videncia.

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